Planta de Los Pies


El hombre es un animal de visión binocular y el ver a color la realidad es una herramienta evolutiva que desarrolló para conseguir principalmente frutos en un ambiente arborícola. La visión tridimencional y la transformación de sus manos para construir utensilios y armas hasta alcanzar su condición de homo faber, son las dos principales lineas especializadas que obtuvo el nómada primitivo. La pintura es una retícula de color que se aglutina en un soporte y la tradición barroca la concibe como carne, es Bacon quien corrobora esta visión llamándola meat. Podríamos ampliar el espectro y suena lógico suponer que si evolucionamos para distinguir frutos con nuestra mirada a color, es la carne de los frutos la que miramos en primer lugar como material estético y me arriesgo a suponer que es la pareidolia la capacidad primigenia para encontrar patrones de orden en las formas y colores en desorden.

Las botas son otro de los elementos fetiche popularmente difundidos por Van Gogh, sin embargo aquí es un colgar las botas, como quien cuelga los guantes o tira la toalla, es de alguna manera la historia de una renuncia. Este nómada contemporáneo construye su deslocalización, su momento estático, crítico y es en este estado atemporal suspendido de toda tierra en donde he sembrado fresas, elementos simbólicamente sexuales y afrodisiacos. Hemos visto infinidad de veces la relación del fruto con el pecado. En este caso nuevamente siguiendo a Bacon, no es flesh (carne del pecado), es meat, para poder consumir con la mirada, un objeto extrañado, suspendido en un espacio activado a la vista de todos. En esta pieza sin lugar a dudas quiero tratar de pintar, de pintar con un tipo de pintura que atañe a los símbolos y se suspende cual haiku en un mundo de reflexión, en un ukiyo-e o mundo flotante.